Wednesday, July 28, 2010

Las aventuras empiezan con palabras escritas.

     Un nuevo mundo creo cuando escribo. Una palabra que cambia todo. Nuevos sentimientos emergen a base de una palabra, una frase, un escrito. Y con palabras escritas, empiezan nuevas experiencias. Me ha pasado, me está pasando. A partir de hoy, inicia una nueva aventura. Todo empezó con un correo, que se materializa en una oportunidad. Una oportunidad aprovechada.


     Un mes distanciada de la costumbre que me rodea, mi pequeño respiro. Tengo la oportunidad de tomar un tiempo, para redefinirme, reinventarme, decidir qué y cómo quiero ser de ahora en adelante. Es algo que no le sucede a muchos, y estoy tan agradecida.

     Poder ver más allá de lo que me ofrece mi hogar. Abrir mis horizontes. Prometo compartir aquel nuevo punto de vista que obtenga a base de lo que descubra. En definitiva, si hay algo que me emociona es eso, el poder descubrir y redescubrirme a mí misma.

Monday, July 26, 2010

Cicatrices escriben "Fin." en mi inocencia.

Hace unos años era niña. Una niña que, en el fondo, creía en todo lo bueno y olvidaba la existencia de todo lo malo. Nada malo puede ocurrir, la gente no lastima, todo sucede por accidente. Todos pensábamos así cuando niños. Hay algunos que tienen la dicha de preservar esa manera de pensar. Pero la verdad es, que al momento en el que por primera vez nos lastiman, empieza un proceso de quiebres, cortes y heridas que nos dejan, en fin, sin inocencia alguna.


Crecemos protegidos por el mundo, nuestros padres, adultos, otros niños. Nuestras vidas inician siempre movidas por la buena intención con los demás. Y a medida que pasan los años, nos vamos quedando más solos, ¡al abandono. Y así mismo actuamos. El objeto de interés ya no es el otro, sino el yo. Y asimismo, los parámetros ya no son la protección, sino ninguno. Hacemos lo que sea sin importar el costo para lograr lo que queremos. Así, lastimamos a muchos, al igual que muchos nos lastiman a nosotros.

Es inevitable ser herido por alguien más. Es como pretender desaparecer del mundo viviendo en él. Es una total y falsa pretensión. Yo puedo decir que he vivido, y es en base a las cicatrices que me han dejado esas heridas, esos fracasos, esos errores. Situaciones que, me han hecho sentir que no valgo nada para nadie, que no he de existir, y que me hacen decir hoy que estoy viva y presente. Como todo tiene un precio, también he perdido cosas que añoro gracias a esta gama de experiencias, empezando por esa inocencia que me conservaba tan feliz cuando era niña.

Sí, he perdido lo que a mi parecer era lo que me hacía más humana. Cada golpe que he vivido me ha hecho perder cada vez más la fe, cada vez más ese bienestar. Y por igual me ha hecho perder mis parámetros. No puedo decir que soy feliz, porque ya no creo en esa felicidad ciega. El dolor ya me la arrebató. No puedo decir a plenas y en primeros momentos “Confío en ti.”, porque ya han abusado de ella y de mí tantas veces, que nada significa. Pero sí puedo decir que aprendí, puedo decir que soy mujer, que he crecido, gracias a mis cicatrices, que pasan a ser mis diplomas, a pesar de que haya costado mi inocencia.