“Perdonar nos hace libres.” “Todo es más fácil cuando logras perdonar.” “No perdonar solo te quita el sueño a ti, no al otro.” Sí, esa y mil y un otras frases más que escucho últimamente por todos lados, como si fuesen cosas del destino, y sencillamente me pregunto: ¿si saben que tengo que perdonar, por qué sencillamente no me dicen cómo hacerlo? Así es. No es que tenga no tenga la intención, nadie más que yo sabe las ganas que tengo de sencillamente hacer de cuenta que nada pasó y seguir adelante como si nada hubiese sido distinto en estos últimos dos años. Pero no es tan sencillo. Primero, es imposible negar el pasado, a pesar de los errores que cometes, y dos, es imposible obviar el presente, sabiendo que no eres la misma ante los ojos de nadie. En mi mente ya los hechos están aceptados, y hasta cierto punto, sí, he logrado llegar al perdón. Más que ira siento pena por aquellos que me han hecho algún daño, porque no conocen nada mejor o porque sencillamente no son capaces de salir de la burbuja de la mediocridad y entender que sus acciones conllevan consecuencias sobre ellos y sobre otros. Pero la vida está llena de gente, y de alguna manera u otra cada una aprende su lección. Más difícil que perdonar a aquel que me lastima, es perdonarme a mí misma. Sí, a mí, que no soy perfecta ni santa, y que así como fría calculadora supe desde hace tiempo que la situación no era la adecuada, debí ver todo lo sucedido venir. Las señales estaban ahí desde el principio, y decidí ignorarlas. La desilusión ya no recae en los otros por lo que han hecho, sino en mí, por saber que iba por un mal camino y quedarme en él. Me desilusioné a mí misma por dejar que todo llegara tan lejos hasta salirse de control. Aunque si hay algo que aprendí, es a no conformarme con lo primero que surja. Todo sucedió demasiado rápido, y no me molesté en evaluar si las circunstancias eran adecuadas para mí o no. Y aunque a mitad de camino supe que no lo eran, o quizá antes, el orgullo no me permitió salir a tiempo. Pero bueno, definitivamente soy de aquellas que no aunque le advierten de la piedra no es hasta que choca que entiende las cosas. Eventualmente haré las paces con mis errores. No guardo rencor hacia los otros, pero sí hacia mí misma, y solo espero que el tiempo me ayude a sanar esa herida que yo misma zanjé.
Thursday, August 11, 2011
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